9.2.- EL HABLA DE LA CEPEDA ALTA
(teoría descriptiva y ejemplos de su uso).
Publicado con autorización del auto, Germán Suárez Blanco,
catedrático de Lengua,
nacido en Villarmeriel, hijo de Santiago Suárez y Nati Blanco, "Vilorto” según sus propia definición;
nieto de Nicanor Blanco y Dionisia Pérez, vecinos de San Feliz de Las Lavanderas,
y biznieto de Claudio Blanco y Gabriela Arienza, vecinos de Ferreras -calle San Juán, 10 en 1880, "Ferrerillo” por tanto, por derecho propio.
A/ NOTAS DEL AUTOR Y VARIOS DIÁLOGOS
NOTA I.-
Quizá no sean muchos los cepedanos del siglo XXI que entiendan bien estos diálogos. No obstante creo conveniente transcribir en esta mezcla de bable y castellano la descripción de aquellas faenas mancomunadas que veíamos con asombro los niños de los años cincuenta y cuyos resultados sorprendían a nuestros hijos en los años ochenta.
- Abuelito, antes, cuando no había palas mecánicas ni tractores, ¿cómo se arreglaban para traer toda la piedra que necesitaban para hacer estas paredes tan gordas de las casas?
- Si d-alguno del pueblo quería facese una casa, llamaba a to lus amigus o lus vecinus cun lus que nu’staba-squináu pa l’acarretu, pa que y’ayudaran a trayer la piedra del Tesu.
- Pues papá dice que también la traían de Entrepeñas.
- Yía que’nque tamién trayían piedras pizarra d’Entrepeñas y de la Presa... y d’outrus llaus cumu la Valleya’l Corral o Pradicu Seco, esas piedras yeran pa llabralas... pa facer lus esconces de la puerta o las esquinas meyores de la casa. L’outra piedra, la del Tesu, yía una piedra ralenga, muy dura, que nu se deja trabayar. Peru l’outra piedra, si yía de la Presa o de la Valleya’l Corral hay pouca, que la gastan toda pa facer las pilas pa lus gochus, y si yía d’Entrepeñas, yía una piedra mala.
- Pues papá dice que en Entrepeñas sacaban piedra con dinamita que obtenían a escondidas de las minas. No sería tan mala.
- Yera qu’esa sirve bien pa facer los refaldos pa’mbajo’l teyáu, peru las piedras gordas ábrense y nu valen bien pa la paré la casa.
- ¿Y qué era lo que contabas del acarreto?
- Pus esu, que diban to lus carrus pul Tesu p’arriba. Anantias el que facía la casa ya tenía buscadas las meyores piedras: las esquinas, lus esconces, las pasantes. Díbalos axuntando mangáus n-una corza qu’arrastraban las vacas y poníalos n-un llugar buenu pa mete’l carru. Ah! Y nu se t’olvide que pa cargar n-el carru las piedras esas tan grandes, muchas veces tenían qu’arregalalu pa ichala p’arriba. Que si no nu podían cun ellas ni’ntre cuatru homes.
- ¿Tan grandes eran las piedras?
- Sí, ome, sí. Acuérdome you bien, que pa l-acarretu’l tiu Senén, pa la obra nueva donde tenía las vacas, tuvinun qu’arregalar lu menos cinco carrus pa outras tantas piedras grandes. Lu malu fuy cuando quisinun ponelas pa la paré, que naide pudo con ellas pa subilas y tuviun que romper con la maza dalgunas. Para, para, que la más grandona de toas, diz que la dejonun pal llar de la cocina curar. Y tuvinun que dejala ya puesta donde diba a dir, tirandu cun las vacas, purque cuandu la casa’stá fecha ya naide es quien a meter una piedra así de grande pur la puerta. Esu tamién yía verdá, que las piedras del llar yeran tan grandes que casi nu podía cun ellas una pareja vacas.
- ¿Cobraban mucho los otros vecinos por ir al Teso para el acarreto?
- N’ome, no. Pagábanyes con una cena’l mesmu día l-acarretu... y cun diyes tamién a l-acarrretu d’ellus si diban a facer casa.
- Pero... esa cena sería mejor que la de los demás días.
- Sí, ome, sí. Esi día cumíase hasta fartar de to lu qu’había: Poníase una sopa y unos garbanzos con güeso, jamón, chorizo, pata, ureya... Dimpués venia’l borrego, purque to’l mundo, on los más probes, mataba un borrego pa l-acarretu. Comíase guisáu, con to la grasa. ¡Y gustábanos de verdá! Si hoy vus punieran un guisáu con tanto sebo nu y’ichábades el diente, no. Tamién facían un mazapán y bollos. Y, si l’ama yera’lgu amañosa, on facía un brazu xitanu. Y de beber, ponían to’l vino que querían, y luego café y coñá, además de l-aguardiente y anís pa las muyeres, que d’algunas tamién bebían delantre la xente. Las más las muyeres sólu bebían a’scondidas.
Fartón de zreizas
- ¿Y no comían fruta?
- N’ome, no. Nestós naide compraba outra fruta más que la que se criaba pur aquí. Naide la vendía.
- ¿Y no había aquí fruta?
- N-estos pueblos criábanse las manzanas repinaldas y las peras de marca que yeran muy buenas, no cumu ahora que desgeneronun. Tamién dalgunus tenían una zreizal, peru de zreizas d’esas piquiñinas. Y poucus eran los que las tenían. Onde sí había muchas zreizales yera’n Ponjus y Samario.
- ¿Y nadie compraba esas cerezas?
- Buenu... Una ve, pa’l Patrón Santiago, veninun tres mozas y-un mozu de Ponjos a vendé zreizas en la fiesta Palacios. Trayinun seis cestos, d’esos talegos de varas de salguero que facemos pa ichar las patacas, que llevan dos arrobas. Trayíanlos encima tres caballerías. En cuantis que dexonun las cestas n-el suelu, a la sombra un albarín, acercóuse pur allí’l ti Antón de Villar y díxuyes qu’a cúmu vendían las zreizas. Ellus, que nu tenían con qué pesalas, dixínunye que ye cubraban dos rialis por un fartón. Tuvu’l ti Antón d’acuerdo y principióu a cumer zreizas con güesus y todo. Una de las mozas, que ya’bía uyíu hablar del ti Antón de Villar y de lo simplón que yera, pur riyese d’él, escomenzóu a deciye que nu cumiera lus güesus, purque si no, fartábase’nseguida y dábanye pa poucas zreizas lus sous dos rialis. Nestós el ti Antón cumíu outros dos puñadicus más y luego parase de cumer y diye: “N’ome, no. Cun güesus sólu voy cumer esti cestu. Pa l-outru ya dibay you a tirar lus güesus, pa cumé más”. Nestoncias el mozu de Ponjos, qu’estaba muy calláu, plantóuse delantre’l ti Antón y díxuye que nu ye cobraba nada pur las zreizas qu’había cumíu, peru que nu ichara manu a una zreiza más. Y-así fui cumu’l ti Antón fartóuse de zreizas en sin custay-una perrina.
Villarmeriel, agosto de 1985
NOTA II.- UN CONJUNTO DE DISPARES:
Toda lengua, dialecto o habla suele ofrecer para cada uso y cada aspecto lingüístico varias posibilidades al hablante. Cuando con el sarampión nacionalista, autonomista, regionalista los estudiosos se empeñaron en “normalizar” (ajustar a una norma) los códigos lingüísticos que tenían casi exclusivamente una transmisión oral y que además funcionaban en disglosia con otra lengua de más prestigio, cayeron con frecuencia en la tentación de aceptar como propia de este código lingüístico aquella de las variantes para un lexema, la pronunciación, el uso morfológico o sintáctico que más claramente difería, que era más dispar de las posibilidades que ofrece la lengua dominante, el castellano. Con ello, más que la normalización de ese modo de hablar obtuvieron un “conjunto de dispares”. Pero un “conjunto de dispares” nos suena a disparate. Por ello damos por buena la mezcla de bable y castellano con la que, hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX se entendían entre sí los cepedanos sin que se nos pase por la cabeza un intento de normalizar ese bable. Nos limitaremos a describirlo.
NOTA III
Cuando se quiere estudiar el habla de una comarca ha de tenerse en cuenta su fonología (cómo pronuncian), la morfología (composición interna de las palabras, especialmente el sistema de verbos y pronombres), la sintaxis (cómo ordenan y colocan unas palabras respecto a otras), la semántica y el léxico (qué voces usan y el significado que dan a cada una).
También se necesita conocer el origen, evolución e influencias que la variante lingüística estudiada ha tenido sobre otras y de la que algunas lenguas han tenido sobre ella.
Por otra parte he de hacer una reflexión:
Cuando el lingüista se enfrenta al estudio de una lengua minoritaria y en proceso de extinción, como es el caso de la hablada antiguamente en la Cepeda, corre el peligro de caer en dos maximalismos igualmente engañosos: el de que lo escrito es lo que perdura o el de que lo hablado tiene absoluta primacía.
Las dos cosas son verdad, pero ambas se complementan.
Tengo noticias de discusiones entre cepedanos amigos míos y, tomándolas como disculpa aunque no sean demasiado ciertas, quiero señalar dos peligros en que cae con frecuencia el dialectólogo: uno acusa al otro ‘de basarse, como si fuera la Biblia, en los textos que nos ha dejado Cayetano Barbón, que ni siquiera era cepedano sino de Carrizo de la Ribera y no sabemos hasta qué punto interpretaba bien las conversaciones que oía en el Ayuntamiento de Quintana’. El otro replica ‘que no se puede tomar como referencia el modo de hablar de unas mujerucas que no son representativas del verdadero lenguaje de la Cepeda’.
Los fundamentalismos siempre son peligrosos y un justo medio es, a mi entender, lo más adecuado.
Es cierto que los textos de Cayetano Barbón tienen un inestimable valor, por datar de principios de siglo XX, es decir, cincuenta años antes de que yo empezara a preocuparme por estas cosas. Pero son testimonio de un único oyente -que no hablante- de esta lengua. Y es más fácil el error en un solo testimonio que en varios.
También el conceder primacía a los testimonios orales tiene graves peligros. El primero ocurre cuando acudimos a un único informante o a una sola familia: pueden tener un idiolecto bastante divergente del común de sus convecinos.
Además, la experiencia me demuestra que, en investigaciones dialectales, la información no puede pedirse. Hay que “robarla”. Esto suena muy mal y he de explicarlo: si pedimos información a un hablante dialectal y él quiere colaborar de verdad (si pretende engañar al lingüista, ¡para qué hablar!), intentará decir las cosas lo mejor que pueda, con lo cual ultracorregirá constantemente y su testimonio no tendrá ningún valor. El sistema adecuado es que los hablantes dialectales conversen entre sí, sin ser conscientes de que alguien está en esos momentos estudiando su lenguaje o de que una grabadora está registrando su modo de hablar. Solo así se expresarán espontáneamente, con la naturalidad que los lenguajes de uso común tienen. Esos testimonios sí que son válidos a nuestra investigación.
En las largas veladas del invierno, cuando la nieve azotaba sobre los cristales de las casas –si existían esos cristales-, como ni la radio ni la televisión venían a enturbiar la ancestral transmisión oral del saber popular de abuelos a nietos, las personas ancianas entretenían las horas contando una y otra vez toda una serie de cuentos, dichos, consejas, tradiciones, etc., mientras los adultos se dedicaban a (picá’l llambíu) preparar el pienso de vacas, cerdos, ovejas y cabritines (berzas o remolacha cortadas en láminas más o menos finas según cuál fuera su destinatario).
Durante mis estudios de filología comencé a reflexionar sobre la variante lingüística en que estaban codificados los muchos relatos que ya tenía recogidos en papeles o en cintas magnetofónicas grabadas en la calle o en la cantina, sin que los hablantes se percataran de que se estaba recogiendo su diálogo. Llegó a ser para mí una opción a la hora de elaborar mi tesis de doctorado; sin embargo me decidí por un tema de lexicografía que, por entonces, me atraía más.
Seguí interesándome en la recogida de materiales que pudiesen servir para un estudio dialectal de La Cepeda.
Los textos de que disponemos no hacen sino intentar reproducir, si la memoria no nos falla demasiado (la memoria ayudada por grabaciones magnetofónicas de personas que nos han contado las historias), el modo de hablar de las gentes de la Cepeda Alta hacia el año 1950.
Como puede apreciarse, su lenguaje es una variante del Asturleonés o Bable, en su modalidad occidental, caracterizada por la abundancia de diptongos decrecientes en ‑éi y en ‑óu, similar a lo que ocurre en el gallego, frente al predominio de los diptongos crecientes, en ‑ié y en ‑ué, que caracteriza a las modalidades central y oriental del Bable igual que al Castellano. Recordemos que en Español es prácticamente inexistente el diptongo –ou-. Hemos de tener en cuenta que La Cepeda Alta es limítrofe con el Bierzo, donde el uso del gallego es muy frecuente.
Por lo tanto, no pretendemos aquí hacer un estudio exhaustivo de la fonología o morfosintaxis de esta variante lingüística: nos limitamos a señalar aquello en qué diverge del castellano, con el que convive como variante diglósica * (‘subordinada, auxiliar’).
Harto difícil sería poder escuchar hoy conversaciones como la que aquí adjuntamos, si bien cada una de sus frases la hemos oído recientemente en pueblos como Villarmeriel, Quintana, San Feliz o Morriondo. Sin embargo, tales frases están rodeadas siempre de un contexto predominantemente castellano, como es la realidad lingüística de la Cepeda de hoy.
También en los años cuarenta la fabla de la Cepeda estaba profundamente impregnada de castellanismos. Ya por entonces oíamos a los más viejos decir que "anantias falábase d'outra manera" y que "lus maestrus enseñonun a lus ñeñus a falar bien y ya nu s'oin las cousas d'antes".
El reciente descubrimiento de Las Ordenanzas Municipales de Villarmeriel, fechadas en 1602, nos permite asegurar que ya por tales años el cepedano o variante lingüística de este valle estaba reducido a un uso oral, pues tales Ordenanzas apenas si muestran algún pequeño detalle dialectal, siendo predominantemente castellanas.
Por todo ello hemos de concluir que el gran cambio en el modo de hablar de La Cepeda Alta se ha producido en los últimos cuarenta años del siglo XX. En ellos se ha ido perdiendo el vocabulario y la fonética específicas de la comarca, aunque se conserve la morfología, tanto pronominal como verbal.
Resulta hoy difícil oír a nadie llamar ñeñu al niño, cosa habitual hacia 1950, pero no lo es tanto oír lleguéy y llegóu por 'llegué' y 'llegó' y tampoco “Qui si-óu las cousas qu’allí dijinun”.
Como base del trabajo teórico sobre fonología y morfosintaxis utilizadas en La Cepeda Alta, ofrezco en la sección E - “textos”, una pequeña colección de aquellos relatos que se contaban tras el fuego.
*DISGLOSIA: Coexistencia de dos códigos lingüísticos en la misma área geográfica, pero a distinto nivel de uso: uno de ellos lo tiene exclusivamente familiar y coloquial, mientras el otro es el lenguaje dominante en los actos más o menos formales.
Al forastero, ajeno a los dominios del asturleonés, que llegaba en los años cincuenta a uno de nuestros pueblos de La Cepeda y comenzaba a escuchar cómo hablaban las personas ancianas, le sorprendían dos fenómenos fonéticos por encima de todos los demás:
A: La generalizada tendencia a cerrar la vocal /o/ en un sonido muy próximo a la /u/, especialmente en sílaba final de palabra (carru en lugar de carro), y también (aunque con menor frecuencia) la vocal /e/ que se cierra hasta ser similar a la /i/ (esti por este).
B: La articulación como LL‑ de casi todas las consonantes /l/‑ que se encuentran en inicio de palabra: llobu, llambrión, llavare, llinu, lleña.
C: La articulación palatal, como Ñ, de la mayor parte de las enes iniciales de palabra: ñeñu, ñube, ñata.
Quienes nos proponemos reflexionar sobre el lenguaje, comenzamos a ensayar diversos criterios de distinción, en sílaba final, entre /o/ // /u/ , /e/ // /i/ y en inicio de palabra, entre /l/‑ // /ll/- o ente /n/- y /ñ/. A la hora de contrastar con estos hablantes tales criterios, resulta que no funcionan. No hemos encontrado una normativa aplicable a todos los casos. Cada hablante y en cada contexto fonético pronuncia de una u otra manera las palabras, sin que tal alteración fónica comporte un cambio en el significado y esto exaspera al observador inexperto.
Sin embargo nada debe importar al lingüista este problema, que hace muchos años resolvieron Troubetzkoy y compañía: resulta que la oposición /o/ frente a /u/, /e/ frente a /i/, en sílaba final, y la oposición entre /l/‑ y /ll/- iniciales absolutas de palabra, no son pertinentes (no sirven para crear dos voces diferentes), con lo que estamos ante verdaderos archifonemas, es decir, variantes fónicas no pertinentes.
En las vocales velares, tal neutralización parece extenderse, a las vocales átonas no finales y también, aunque menos, en las palatales. Nunca se dará en las tónicas en las que la peculiaridad es la frecuente diptongación en /óu/ de la /ó/, y también la diptongación en /éi/ de la /é/.
No encontramos un claro criterio para poder dilucidar si tal o cual voz lleva /u/ o lleva /o/. El propio hablante, cuando se le insiste para que repita su pronunciación, comienza a titubear y no sabe cómo lo hace.
Por eso encontrará el lector en los textos variaciones y titubeos a la hora de transcribir lo hablado.
Resumimos las más importantes características fonológicas en que difiere el lenguaje cepedano del Castellano, en las siguientes notas:
1.- El sistema vocálico tónico es el mismo en la norma bable que en la castellana: cinco vocales divididas en dos series (palatal y velar), con tres grados de abertura de la mandíbula:
palatales velares
/i/ /u/
/e/ /o/
/a/
2.- Es muy frecuente, en sílaba tónica, la diptongación decreciente de la /ó/ en /óu/ y la de /é/ en /éi/, como en el resto de los bables occidentales.
3.- En sílaba átona final, las dos vocales de la serie velar se neutralizan en un único archifonema. Otro tanto ocurre con las dos vocales de la serie palatal. Con ello sólo funcionan tres vocales.
palatales velares
/I/ /U/
/a/
4.- En cuanto al consonantismo, hemos de señalar la perfecta distinción entre las palatales: la mediopalatal sonora /y/ (grafía y) se opone claramente a la líquida lateral palatal /ll/ (grafía ll). En consecuencia no existía yeísmo en La Cepeda Alta y los muchachos se burlaban de los niños que venían de Astorga o de León cuando decían: “[poyo, gayina, gayo]”.
5.- Por su parte este fonema palatal líquido, en inicio absoluto de palabra, neutraliza su oposición con el líquido alveolar /l/, (grafía l): “llevaba’l feije’ncima’l llombu”.
6.- Muy similar es lo que ocurre en las consonantes nasales, en inicio absoluto de palabra: la nasal alveolar /n/ neutraliza sus diferencias con la nasal palatal /ñ/ en un único archifonema, manteniéndose no obstante la oposición entre este y el nasal bilabial /m/: “pon a mamar al ñeñu antias que llegue la ñube”.
7.- La pronunciación de los sonidos que en castellano son fricativos sordos velares y se grafían con la letra j o g, oscila entre los fonemas palatal fricativo sordo, que grafiamos con x (dixo, axuntar), la palatal sonora, que escribimos con y (fiya, muyer) y la velar fricativa sorda que grafiamos como en castellano g o j. Es probable que la presencia de la velar sorda se deba a influjo castellano. No obstante es la pronunciación que hemos conocido en voces como bajar, Virgen, ujeru, etc.
8.- Otra de las peculiaridades fonéticas del lenguaje cepedano (en especial en La Cepeda Alta) es la presencia de la /y/ antihiática, en formas como veyu (veo), veyíai (veía), fiyu / fíu (hijo), fuyir (huir), uyer (‘oír’), etc.:
“Si vas a las peras
del tiu Xuan Ureyas,
cuando lu veyas marchar,
apañar, apañar, apañar;
cuando lu veyas venir,
a fuyir, a fuyir, a fuyir”
9.- Se conserva con frecuencia la f- (fierro, Valdefariñas, etc.), pero resulta curioso el nombre que he oído muchas veces Quintanaijón (para Quintana de Font) que nos remite a una aspiración de la h- procedente de f-, no confirmada por otros vocablos.
C/ MORFOSINTAXIS
a/ La preposición A: como en las modalidades vulgares del castellano, es frecuente anteponer la preposición a-, tanto exenta como a modo de prefijo, a múltiples verbos, sustantivos, etc., para formar derivados. La productividad del formante a es mucho mayor que en el español normalizado: agumitar, a modo, aijada o ayada, aijón, alantre, amachimbrar, amecer, amorenar, amoto, amuscase, anovenas, apaizar, apartijar, apriesa, arradio, arramar, arrapuzar, arreventar, arrojar, arrojío, arroto, asiguranza, asuliar, atablar, atrocar, atollar, son ejemplos elocuentes.
b/ También el prefijo ES‑ (que sintetiza a ex‑ y dis‑) resulta muy productivo en la Cepeda. Con frecuencia comienzan con este prefijo voces que en castellano no lo llevan y tienen idénticos contenidos (estrébedes, estronchar, esmondar), otras veces la voz castellana lleva el prefijo DES‑ : esmuchar (‘desmochar’), esgayar (‘desgajar’), estaya (‘destajo’).
3. PREPOSICIONES Y CONJUNCIONES tienen ocurrencias y funciones similares a las del castellano.
a/ Como en los vulgarismos de aquel, existen muchos artículos contractos como pa’l, n’el, po’l; sin embargo, y a diferencia del asturiano, no se oye la contracción de con+el (co’l).
b/ También liga la preposición de con el indefinido átono un: “Matóulu d’un cayadazu”.
c/ Además hay otro tipo de síntesis más complejas: “Ta’n ga Fulano” (‘Está en casa de Fulano’) es un ejemplo esclarecedor.
d/ La preposición cepedana dende sustituye a la castellana desde, como ocurre en otros usos dialectales y en vulgarismos castellanos.
4. EL ARTÍCULO
a/ El artículo el, cuando le precede una palabra que termina en vocal, se pronuncia ligado a ella, con la correspondiente pérdida vocálica: “Ya vinu’l médicu a vela”. También se asocia (con la correspondiente pérdida vocálica) con la primera vocal del sustantivo que le sigue: “Primeru tendrás que falar cun l-amu la vaca”.
b/ Como ocurre en el resto del asturleonés, no existe incompatibilidad entre los posesivos antepuestos (que son tónicos) y el artículo: La mía rapaza dixuy’al tu primo …
d/ En la toponimia menor muchos nombres propios (aquellos cuyo significado clasificador o común está en la mentes de los hablantes) llevan artículo: L-Huyal, Las Zarrayas, Las Chanas, El Gatiñal, Los Abrunales, Las Valleyas, La Zreizal, Los Piñellos, El Tesón.
e/ En cambio otros nombres propios (que nada significan fuera del propio topónimo) funcionan sin artículo: Carraquintana, Casardibián, Caldirones, Valdebuisán, Grandiellas, Catalsol, Peñarubeya, Valdegaribos, Piñellas, Cuetoliva, Curriellos…
e/ Al igual que en castellano, el artículo puede ser sustantivador: “Llegóu’l de Murias a vete. You quieru’l grande”.
a/ Número: Como en castellano, existen singular y plural, sin que detectemos restos del dual (los pronombres ambos y sendos no se utilizan). La formación de plurales es similar a la del español.
- Es mucho más frecuente que en castellano el uso de plurales que no tienen singular: unas veces tienen contenido singular: arribones, baldragas, cabiales, cuiras, culiestros, chapullas, estiradores, estrébedes, plocamos, ... Otras tiene un valor dual: angariellas, barandas o barandiellas... Finalmente, algunas voces tienen un valor colectivo o plural, sin posibilidad de uso en singular: acouzas, agramones, alpabardas, alpertrechos, aperios, asparavanes, cuchuflitos, cuidaos, engorras, etc.
- La silepsis o discordancia de número entre el sujeto y el verbo (a veces por concordancia ad sensum) es mucho más frecuente que en castellano: Madrugan muchu to la xenté pu la siega la yerba, y pu la bima on más. Las mullidas yía pa que nu yes faga mataduras n-a cabeza’l xuegu a las vacas.
b/ Género:
- A diferencia de lo que ocurre en ciertos bables asturianos, el plural femenino no es en ‑es sino en ‑as.
- Tampoco coincide con ciertas zonas de Asturias en tener un morfema específico para el neutro en los adjetivos. Aquí, como en el castellano, se conservan los restos del neutro en los pronombres personales, los demostrativos y el artículo, que puede sustantivar en neutro a los adjetivos: ello, esto, eso, aquello y lo.
- Las oscilaciones de género son muy frecuentes: “Gústame’l llechi y’l miel; cayíu pa’l llumbre y salíu negru cumu’l sartén; la zreizal y la peral nu dinun na l’añu pasáu”. El topónimo Culebros (masculino y plural) es muestra significativa.
- Con más frecuencia que en castellano existe variación de género en el mismo sustantivo: “Quierte muchu, cumu la trucha’l truchu”. A veces con variante semántica para cada uno de los dos géneros: "La mata Grandiellas tien vente rebollas y tres rebollos", “Daye al rapá un cortezu pan, pero quítaye la corteza que’stá muy dura”. “Los dedos de las manos traylos limpios, peru las dedas de lus pías tan llenas de purquería”.
d/ Los formantes ‑illo, ‑illa, (y también –ito, -ita) son de influjo castellano. El cepedano arcaizante los pronuncia siempre ‑iello, ‑iella: cuchillo - cuchiello, gavilla - gaviella, martillo - martiello, novillo - nuviellu. El diminutivo cepedano usa los sufijos –in, -ina, -ines, -inas (rapacín, rapacina, rapacines, rapacinas).
6. PRONOMBRES:
a/ personales y posesivos: más abajo ofrecemos el sistema de personales y posesivos y su comparación con los del castellano.
- La forma vos, como tratamiento de respeto (‘usted’) para la segunda persona de singular, forma parte de mis recuerdos más remotos, a mitad de los años cuarenta, en San Feliz: "¿Padre, venides vos tamién pa’l prau?"
- Como en el resto del asturleonés, existe una clara tendencia a la enclisis pronominal: “Esto dígutelu you, que fu’l qu’staba n’aquel sitiu. Vilu bien y seilu meyor que ninguno”. Sin embargo, las oraciones subordinadas unidas por conjunción tienden a la proclisis: “Si lu querías tú, viérasmelu dicíu ( o dichu). Dígutelu a ti pa que ye lu digas al tou padre”.
- No he detectado leísmos, laísmos ni loísmos en toda la Cepeda.
b/ La deixis (‘referencia local-temporal respecto al hablante-oyente’) es trimembre, incluso en los adverbios demostrativos: aquí / ahí / allí; acá / allá / acullá. Sin embargo, esta segunda serie no abarca con precisión el campo significativo de cada una de las tres personas gramaticales, como ocurre con el resto de los demostrativos, tanto pronombres como adverbios.
c/ En los numerales cardinales, como en la mayoría de los bables, se pierde la i del diptongo en las decenas de veinte y treinta (ventiuno, trentaidós) y no diptonga la e en la segunda decena: deciséis, decisiete, deciocho....
d/ Respecto a los relativo-interrogativos, aparte de la ausencia de cuyo, y la presencia de los vulgarismos cuala, cualas, existen ciertas formas comunes a las variantes populares de otras zonas dialectales, como ónde (“¿Ónde vas? – You voy p’onde me mandan”). Peculiar es el uso de cu, como relativo-interrogativo neutro en la expresión “you cu sei” (‘que sé yo’): “Dixume you cu sei qué cousas de to lus de San Felí. Yia más bobu que qué s’iou qué (qué sei you qué)”. “Nu paranun de falar peru nu se yes achisbaba ná. ¿Qué s’iou qué dixinun?”. Otra peculiaridad, común a la mayoría de los bables, es el uso de quien con el valor de ‘capaz de’: “Y pur más que se punía nu yera quien a facelu”. “La tía Gervasia nu fui quien a saca las uveyas del seruendo ”.
e/ En cuanto a los indefinidos, lo más llamativo es el uso partitivo de d’algún y d’algunos “Cuando fumus pa velar a la tía Felisa y’a vían llegáu dalgunos anantias”.
SISTEMA PRONOMINAL | |||
PERSONALES - SUSTANTIVOS | |||
N O R M A C A S T E L L A N A | |||
persona | sujeto | régimen | preposicional |
1ª | yo | me | mí |
2ª | tú | te | ti |
| usted | lo /la /e |
|
3ª | él /ella | lo /la /le |
|
|
| se | sí |
| |||
1ª | nosotros /‑as | nos |
|
2ª | vosotros /‑as | os |
|
| ustedes | los /las /les |
|
3ª | ellos /‑as | los /las /les |
|
|
| se | sí |
| |||
USOS DEL BABLE CEPEDANO | |||
persona | sujeto | régimen | preposicional |
1ª | you | me | mí |
2ª | tú | te | ti |
| usté | lu /la /-ye(yi) |
|
3ª | él /ella | lu /la /-ye(yi) |
|
|
| se |
|
| |||
1ª | nusoutros /-as | nos |
|
2ª | vusoutros /‑as | os |
|
3ª | ellos /-as | los /las /-yes |
|
|
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|
OBSERVACIONES: Aparte de peculiaridades fonéticas, lo más llamativo en cuanto al sistema es que (además del arcaizante vos, del que hablábamos antes) sí existe la forma ‘de respeto’, usté para la segunda persona en singular, con sus correspondencias en posesivos y verbos, pero no la hay para la segunda persona de plural. Allí el signo vusoutrus asume los valores normales (o simétricos) y los ‘de respeto’, con la consiguiente pérdida de los posesivos y verbos que en castellano son consecuencia de tal tratamiento: “¿Padre, usté vien a’scuyer la remulacha?; ¿y madre tamíén va dir?; entós venides los dos conmigu n-el carru”.
1. SISTEMA VERBAL:
a/ Los infinitivos de los verbos, pese a que en nuestro vocabulario los acabamos en ‑r, rara vez se pronuncian así:
- Cuando llevan un pronombre enclítico, pierden esa ‑r, así ocurre con todos los usos reflexivos: “Veninun a llamate pa la mata’l cochu”.
- En otros casos, cuando son final de oración o les sigue una pausa y la siguiente palabra empieza por consonante, suelen desarrollar una ‑e paragógica: "Heite de querere. Dígutelo de verdá, enque tú nu quieras quereme."
b/ El futuro simple y el potencial, si bien se usan (pocas veces) en su forma sintética, tal como están expuestos aquí, lo más frecuente es que se hagan analíticos, con el presente o el imperfecto del verbo dir en uso auxiliar: voy a dir, dibay a dir (con o sin la preposición a).
c/ El perfecto simple de los verbos tiene unas marcas morfológicas peculiares que se podrán observar en la conjugación verbal que ofrecemos. Por otra parte hay formas titubeantes (llegonun / llegorun, veninun / vinun, etc, aunque predominan las primeras).
d/ Los tiempos compuestos no suelen utilizarse mucho en la Cepeda Alta y en ellos el auxiliar haber compite con tener. Cuando se usa el perfecto compuesto, es porque sus contenidos son muy durativos o repetitivos. Así podemos oír. "Hey díu a vete to la semana y nu t'encotréy ningún día". Pese a ello, dado que se escuchan a veces, más que nada por influjo castellano, también los ofrecemos en el cuadro adjunto.
e/ La segunda persona de plural tiene una desinencia arcaizante –des, como el castellano medieval.
f/ La segunda forma del imperfecto de subjuntivo, en –se, no se usa entre hablantes tradicionales de La Cepeda.
g/ En las formas del pluscuamperfecto (hubiera), el auxiliar oscila entre habieray y bieray.
h/ La segunda persona de plural del imperativo, cambia la desinencia –d del castellano convencional o la –r del vulgar por una –i: “Andái p’alantre y mirái bien lo que facedes.”
i / Como en las variantes vulgares del castellano, sobre todo en Hispanoamérica, los verbos en –ear hacen diptogo en –iar: “Tanto andar usmiando pur to lus sitius marióuse todo”.
j / Si observamos la conjugación de ser, dir (‘ir’) y decir, nos daremos cuenta de una notable cantidad de homonimias: Sin embargo a veces se evitan otras existentes en castellano, como es la de 1ª y 3ª persona (fue) del perfecto simple.
NOTAS:
* Marcamos con este signo formas muy poco usadas, o cuyo significante no está muy firme y alterna con otras formas analógicas con el resto de las personas del mismo tiempo.
& Los tiempos marcados con este signo no suelen usarse en la Cepeda Alta.
SISTEMA VERBAL (la conjugación de los verbos en cepedano) | |||||
cantare | temere | partire | |||
I N D I C A T I V O | |||||
presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto |
canto cantas canta cantamus cantades cantan | hey cantáu has “ ha “ hemus “ hedes “ han “ | temo temes teme tememus temedes temen | hey temíu has ” ha “ hemus “ hedes “ han “ | parto partes parte partimus partides parten | hey partíu has “ ha “ hemus “ hedes “ han “ |
imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | pluscuam- perfecto |
cantabay cantabas cantaba cantábamus cantábades cantaban | habíay cantáu habías " había " habíamus " habíades " habían " | temíay temías temía temíamus temíades temían | habíay temíu habías " había " habíamus " habíades " habían " | partíay partías partía partíamus partíades partían | habíay partíu habías " había " habíamus " habíades " habían " |
perfecto simple | &pretérito anterior | perfecto simple | &pretérito anterior | perfecto simple | &pretérito anterior |
cantey canteste cantóu cantemus cantestes cantonun | hubi cantáu *hubisti " hubo " hubimus " *hubistis " hubinun " | temí temiste temíu temimus temistes teminun | hubi temíu *hubisti " hubo " hubimus " *hubistis " hubinun " | partí partiste partíu partimus partistis partinun | hubi partíu *hubisti " hubo " hubimus " *hubistis " hubinun " |
futuro simple | futuro compuesto | futuro simple | futuro compuesto | futuro simple | futuro compuesto |
cantaréi cantarás cantará cantaremus cantaredes cantarán | habréy cantáu habrás " habrá " habremus " habredes " habrán " | temeréy temerás temerá temeremus temeredes temerán | habréy temíu habrás " habrá " habremus " habredes " habrán " | partiréy partirás partirá partiremus partiredes partirán | habréy partíu habrás " habrá " habremus " habredes " habrán " |
potencial | potencial compuesto | potencial | potencial compuesto | potencial | potencial compuesto |
cantaríay cantarías cantaría cantaríamus cantaríades cantarían | habríay cantáu habrías " habría " habríamus " habríades " habrían " | temeríay temerías temería temeríamus temeríades temerían | habríay temíu habrías " habría " habría " habríades " habrían " | partiríay partirías partiría partiríamus partiríades partirían | habríay partíu habrías " habría " habríamus " habríades " habrían " |
S U B J U N T I V O | |||||
presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto |
cante cantes cante cántemus cántedes canten | haygay cantáu haygas " hayga " háygamus " háygades " haygan " | temay temas tema témamus témades teman | haygay temíu haygas " hayga " háygamus " háygades " haygan " | partay partas parta pártamus pártades partan | haygay partíu haygas " hayga " háygamus " háygades " haygan " |
imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | Pluscuam- perfecto |
cantaray cantaras cantara cantáramus cantárades cantaran | bieray cantáu bieras " biera " biéramus " biérades " bieran " | temieray temieras temiera temiéramus temiérades temieran | bieray temíu bieras " biera " biéramus " biérades " bieran " | partieray partieras partiera partiéramus partiérades partieran | bieray partíu bieras " biera " biéramus " biérades " bieran " |
Conjugación de tres verbos especialmente homónimos | |||||
SER(E) | DIR(E) (Ir) | DECIR(E) | |||
I N D I C A T I V O | |||||
presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto |
soy yías yía somus sodes son | hey síu has “ ha “ hemos “ hedes “ han “ | voy vas va vamus vades van | hey díu has ” ha “ hemos “ hedes “ han “ | digu dices diz dicimus decides dicen | hey dichu/decíu has “ ha “ hemos “ hedes “ han “ |
imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | pluscuam- perfecto |
yeray yeras yera yéramus yérades yeran | habíay síu habías " había " habíamus " habíades " habían " | dibay dibas diba díbamus díbades diban | habíay díu habías " había " habíamus " habíades " habían " | dicíay dicías dicía dicíamus dicíades dicían | habíay dichu/decíu habías " había " habíamus " habíades " habían " |
perfecto simple | &pretérito anterior | perfecto simple | &pretérito anterior | perfecto simple | &pretérito anterior |
fu fuste fuy fumus fustes funun | hubi síu * hubisti " hubo " hubimus " * hubistis " hubinun " | fu fuste fuy fumus fustes funun | hubi díu * hubisti " hubo " hubimus " * hubistis " hubinun " | dixi deciste dixo diximus decistes dixinun | hubi dichu/decíu * hubisti " hubo " hubimus " * hubistis " hubinun " |
futuro | futuro compuesto | futuro | futuro compuesto | futuro | futuro compuesto |
seréi serás serará seremos seredes serán | habréy síu habrás " habrá " habremos " habredes " habrán " | voy dir vas dir va dir vamus dir vades dir van dir | habréy díu habrás " habrá " habremos " habredes " habrán " | direy /voy decir dirás /vas decir dirá /va decir diremus /vamus decir diredes /vades decir dirán /van a decir | habréy dichu/decíu habrás " habrá " habremos " habredes " habrán " |
potencial | potencial compuesto | potencial | potencial compuesto | potencial | potencial compuesto |
seríay serías sería seríamos seríades serían | habríay síu habrías " habría " habríamus" habríades " habrían " | dibay dir dibas dir diba dir díbamus dir díbades dir díban dir | habríay díu habrías " habría " habría " habríades " habrían " | diríay /dibay decir dirías /dibas decir diría /diba decir diríamus /díbamus decir diríades /díbades decir dirían /diban decir | habríay dichu/decíu habrías " habría " habríamus " habríades " habrían " |
S U B J U N T I V O | |||||
presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto | presente | perfecto compuesto |
seya seyas seya séyamus séyades seyan | haygay síu haygas " hayga " háygamos " háygades " haygan " | vaigay vaigas vaiga váigamus váigades vaigan | haygay díu haygas " hayga " háygamos " háygades " haygan " | digay digas diga dígamus dígades digan | haygay dichu/decíu haygas " hayga " háygamos " háygades " haygan " |
imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | pluscuam- perfecto | imperfecto | pluscuam- perfecto |
fueray fueras fuera fuéramus fuérades fueran | bieray síu bieras " biera " biéramos " biérades " bieran " | fueray fueras fuera fuéramus fuérades fueran | bieray díu bieras " biera " biéramos " biérades " bieran " | dicieray dicieras diciera diciéramus dicierades dicieran | bieray dichu/decíu bieras " biera " biéramos " biérades " bieran " |
/D/ Sentimiento lingüístico del hablante:
LOS HABLANTES CEPEDANOS ANTE SU LENGUA: SOCIOLINGÜÍSTICA
De fonética, morfología, sintaxis y léxico se trata en otras secciones de este estudio.
Sin embargo existen dos parcelas, la sicolingüística y la sociolingüística que no han sido suficientemente tratadas y que me parecen muy interesantes a la hora de estudiar variantes más o menos dialectales y minoritarias, dentro de una norma lingüística más general:
Entendemos por sicolingüística el estudio del grado de satisfacción que cada hablante siente con respecto a la modalidad de lenguaje que le es propia, y la valoración que de la misma hace, en relación con otras formas de hablar.
Llamamos sociolingüística al estudio de esas mismas actitudes, pero no en un hablante individual, sino en el conjunto del grupo humano que utiliza ese instrumento de comunicación.
Hay algo que aún hoy llama especialmente la atención de quienes nos visitan desde otras tierras: la irrefrenable tendencia que el cepedano tiene a la ironía retórica: dice lo contrario de lo que es, pero no con ánimo de mentir sino a sabiendas de que todos van a entender exactamente lo contrario de lo que dice.
Así, en año de buena cosecha, y cuando aún faltan semanas para la siega, oímos diálogos como este:
- ¿Venides ya de mirá pa’l pan a ve si’stá de siega?
- Ya seguemus ventitrés carriellus.
- ¿Tien muchu granu?
- Nu tien na. Nu sey lu que vamus a cume’sti añu.
Esto, junto a la tendencia de los campesinos de todo el mundo a jamás hacer ostentación de sus bienes (por miedo a que se enfaden los dioses y nos envíen males), crea serios problemas de comprensión a nuestros visitantes en sus primeros días de estancia en La Cepeda.
Cuando hemos de ocuparnos de territorios donde conviven en situación diglósica una lengua mayoritaria, de extensa y gran aceptación, frente a otra minoritaria y más restringida, lo sociolingüístico cobra una notable prioridad.
Yo soy cepedano, pero de la Cepeda Alta. Llevo muchos años (desde mediados del siglo pasado) ocupándome en recoger y estudiar los restos del habla peculiar de La Cepeda, pero me he centrado en el Ayuntamiento de Quintana del Castillo, y para esa zona son válidas mis observaciones. Es posible que en la Cepeda Baja las cosas sean de otra manera.
El cepedano enfrentaba las peculiaridades de su variante lingüística con aquellos hablantes de las comarcas limítrofes con los que mantenía más frecuentes contactos.
Los pastores de Villar y Quintana se juntaban con los de Murias y Ponjos, mientras que los de San Feliz y Escuredo competían con los de Samario. Acudían con frecuencia todos ellos a las ferias de Riello, Pandorado o del Castillo, con lo que la comparación con el lenguaje de la Omaña era inevitable.
También visitaban asiduamente los mercados de Bembibre, y trabajaban durante los inviernos en las minas del Bierzo. Con ello establecían contacto con el gallego‑bable de estas comarcas.
Benavides y Santa Marina eran mercados que daban salida a sus terneros o a los carros de esas urces, tan apreciadas por confiteros, panaderos y amas de casa de la Ribera del Órbigo y que con tanto sacrificio cortaban, ataban y acarreaban los cepedanos. "Curtéi tres ventis y-un trenta y-outrus ochu más" decía aquel vilorto que no había aprendido a sumar, cuando le preguntaban por los 98 feijes de urces que había cortado en el día.
Por fin, el mercado de cada segundo lunes en Sueros era la salida habitual de los huevos, pollos, cabritos y mantequilla que producían y vendían las cepedanas.
Por lo tanto, la Omaña, el Bierzo, la Ribera del Órbigo y la Cepeda Baja eran las referencias en que los alto‑cepedanos se miraban para darse cuenta de que su lenguaje era distinto de otros.
Existe la tendencia a considerar bueno lo propio y malo lo ajeno, y es de suponer que aquellos menos conscientes apostarían sobre lo mal que hablaban sus vecinos del norte, del oeste, del este o del sur. No así las personas reflexivas y conscientes.
Por aquello de que al río se echaban las porquerías, en todas partes llaman marranos a quienes viven aguas-arriba de ellos. Recuérdese el chiste común, en que uno de valle-abajo opinaba que: "los de valle-arriba son tan guarros que llevan entre los dedos de las manos esas bolas negras que todos tenemos entre las “dedas” de los pies".
HAMBRE
A la Cepeda llegaban con frecuencia gentes de alguna otra comarca, que venían pidiendo limosna "pa casa quemada", "pa la riada", etc. etc.
Ello produjo en los cepedanos el concepto de que tales comarcas eran zonas miserables donde el hambre campaba por sus respetos. Por ello circulaban los siguientes dichos:
En aquel pueblu hay tres molinos.
El primeru di:
‑ "Hambre en esti pueblu, húbula."
Y'l segundo añide:
‑ "Haila."
El tercero yes contesta:
‑"Habrála."
Y las mocinas d’outru pueblo di que cantan esta canción: "Santa Tiquiteria del pueblu la miseria, libráime, libráime del pueblu de la fame".
Allí, cébase'ntre to'l pueblu un gochu, y mátanlu'n ga l'alcalde. Dimpués, to lus días cortan un torreñu tocinu y'spétanlu n'un palu. Llévanlu pur to las casas: Y'n las casas de lus probes sólu lu meten n'el pote un cachiquín. En ga lus ricus déjanlu un ratiquín más. Y'aluegu cómelu'l presidente. El día l'Antruexo llevan pa las casas l'androyu en llugar del torreñu.
Pur la Cuaresma, que nun se pué cume'l tocín, garran un cogollo centenu (espiga sin granos), muéyanlu'n l'aceite y métenlu n-el pote. Así diz que sazonan las suas comidas.
EL TIU XUAN D'ESPINA
‑ "¿Cómo tan las minas d'Espina, tiu Xuan?
‑ La minas tan bien, porque pasóu pur allí'l médicu y nada yes recetóu".
‑ "Tien qu'avenise con el médicu, tiu Xuan.
‑ ¿Pa qué quies que m'avengai?
‑ Pa que cuandu'stea malu venga-velu y recetey'algu pa sanalu.
‑ ¿Curaráme de l'últimu mal?
‑ No, d'esi, seguru que nu lu cura.
‑ Pus si nu me cura de l'últimu, de lus outrus nu fai falta que me cure. Cúrome you solu".
FALESTE, SULTERA TE QUEDESTE
Llega un muchacho a la casa donde hay tres hijas solteras. La madre, consciente de que sus hijas hablan tan mal que esto puede mermar las posibilidades de noviazgo y matrimonio para ellas, las amonesta con todo el interés:
‑ Nun faledes na que ya falu you.
Y así comienza ella a charlar con el posible pretendiente. Pero la mayor de las hijas, que deseaba entrar en juego cuanto antes, observando que el pote comenzaba a hervir sobre el llar, interrumpe:
‑ Madre, ya fierbe la turrututolla.
La segunda de las hijas, que no quería perder su oportunidad, interviene rápidamente:
‑ ¿Faleste? Sultera te quedeste.
Entonces la tercera, convencida de que estaban descartadas ya sus dos hermanas, apostilla.
‑ ¡Bienaya you que nada faléi!
El cuento no nos dice si alguna de ellas consiguió casarse con el joven.
En fin, que, a la hora de encuestar a los Cepedanos sobre su habla, sobre quién la habla bien o mal, encuentra uno respuestas como estas: ”Esi sí que fala bien: nun se y'intiede nada. Nusoutrus nu sabemos falare”.
Respecto al Castellano, el hablante cepedano (y hablo de mitad del siglo XX) se siente en notable inferioridad lingüística e intenta desterrar en sus hijos esos modos de "hablar mal".
En consecuencia, encontraban diferencias entre su modo de hablar y el de cada uno de sus vecinos. Como sucede casi siempre consideraban mejor su variante de lenguaje que la de los demás, especialmente si el habla venía acompañada de una situación económica de inferioridad, pero no, si su nivel económico era superior. He ahí la causa de la extensión del yeísmo desde las ciudades al ámbito rural en la mitad norte de España.
Así, y por razones socioeconómicas, los de la Cepeda Alta miraban por encima del hombro al Bierzo y a la Omaña, mientras envidiaban la fertilidad y riqueza del Órbigo y la Cepeda Baja, así como su referente lejano de Astorga.
También en sus valoraciones sociolingüísticas ocurría algo parecido.
D/ TEXTOS
REUMA N'EL CADRIEL
‑ Ties qu'ichame dos copas d'aguardiente n'este frascu.
‑ Nu pue ser. Prometíye a la tu muyer que no volvíay a date vino ni aguardiente.
‑ Yía pa dame unas friegas n-este cadriel, que tengo reuma.
Cuandu la cantinera y'ichóu l-aguardiente n-el frascu, bebiula d'un tragu.
‑ ¿Pero nu dixiste que yera p'al reuma?
‑ Ya se'ncargará'l cuerpu de lleválu pa onde más falta ye faga.
DEVANAR DEVANESTE
Diba una pastorina con'el rebañu de lus sous amus pur to la Fabiana y Grandiellas, Llevóulu pur la vallina Llamaubispo y pu l-Escobal y bajóu pur lus Gandarones abaixo hasta Valdefariñas.
Taba muerta sede y nu'ncuntróu agua ni n-el monte‑Quintana ni n-el Pucirón ni'n la Fuente la Urz, que todas s'abían secáu aquel año.
Cuando las uveyas llegonun a l-Arenal, curríu pa la fuente y diba beber, cuando viu salir del manantial un filu d'oru. Tiróu d'él y, cumu nu s'acababa cuyíu una piedra y'scomenzóu a devanar n‑ella'l filu que salía de la fuente, pero pur más que devanaba nunca s'acababa'l filu.
Ya tenía un gorgotu mayor que la tua cabeza cuando víu que las uveyas corrían a metéseye pa las berzas que tenía'l tiu Rumaldín n‑aquella buertina que tien encima las Llamas Cerradas. Curtóu'l filu pa marchase con el gorgotu qu'había fecho y salíu del bujero'l manantial una voz que ye dicía:
"Devanar devaneste,
peru nu acabeste.
Si habieras acabau,
una devanadera d'oru
habieras afallau."
Miróu pa'l gorgotu d'oru que tenía'n la manu, y nu víu más que la piedra.
To-asustá marchóu curriendo a sacar las uveyas del berzal.
Dimpués volvía to lus días pur la fuente l'Arenal, pa ver si aparecía'l filu d'oru, pero nu lu volvíu a ver más.
LEYENDAS DE MUERTOS
ÁNIMAS
‑¿Acuérdaste tú de cuando murríu Rosaura, la del ti Angelón, que diz que yera "com'una santa"?
‑N'ome, no. Tabay you sirviendu pa Carrocera, guardand'uveyas. Súpelu cuando vini pa La Señora.
‑Pus la tia Manuela, que vivía dos casas pur-cima y que tenía un críu pequeñu, taba deándoye de mamar y di qu'oyíu sona'n la calle la'squila la ilesia, frent'a la sua casa. Asomóus'a la ventana y di que viu’na procesión de xentes que bajaban dende la iglesia pa'n ga'l ti Angelón. Allí fiz'un alto y volvíuse to la procesión pa la ilesia. Y diz que llevaban con ellus a Rosaura. Asustóuse muchu la tia Manuela y díxoyelo al tiu Juan, pero él nun ye fizo causu ninguno. Nu habían pasau tres credos, cuando llamóu a la puerta'l ti Angelón pa deciyes que s'había muerto la sua fiya Rosaura.
LA SANTA
‑ ¿Yera esa la que diz que'stá enterrada n'el ciminteriu Villar, en sin corrompese ni na?
‑ No'me, no. Esa yía outra de mucho tiempo antes. Bueno, d'esa, la verdá, naide sabe na. Naide sabe bien quién yía esa moza tan guapa que'stá'nterrá n-esa poza.
‑ ¿Yía verdá que l'abrinun quí si-ou cuántas veces pa'nterrar a outro y que tuvinun que tapala purqu'el cuerpo la moza taba igual que'l día que la'nterronun?
‑ Sí, ome, sí. Vila you mismo'l día que fizimus la poza pa'l tiu Inacio. Ya díbamus con cuidiáu y nu nus asustamus muchu al abrir la caja. Purque la caja'stá'ntera, en sin pudrise la madera ni ná. Sólu tien dos ujerus que diz que ye lus fizo Luis con el picu la primera vez que abríu la poza. ¡Esi sí que llevóu buen sustu!
‑ Fuy cuando'mpezonun a decir que si la muerta yera'rmana de la sua muyer...y quí s-iou qué. Peru lus vieyus d'entoncias dixinun que d'esu nada, que nu se paicía a l'outra nin pu'l forru.
‑ Peru tú... ¿viste o nu viste a la moza desenterrada?
‑ La verdá yía que ningunu nus atrevimus a mirala bien. En cuantis que levantemus un poucu la tapa la caja y vimus qu'había un cuerpu dentru, tapemus tod'outra ve de prisa... y cavemus n'outru llugar del ciminteriu la poza. ¡Que, d'esas cousas, nunca se sabe si yía buenu u yía malu sabe muchu!
‑ Peru ¿quién yera esa moza que diz que tapóu con la sua toquilla a la Virgen un día qu'estaban'en la procisión y comenzóu a llover a cántarus?
‑ Esu yía outra cousa que tamién cuentan, peru naide sabe bien quién yera ni lu que pasóu.
‑ Diz que la moza muríu esa misma noche y que yía la qu'está n-el ciminteriu en sin currumpese.
- Tamién you l'uyí, peru quí si-ou qué, naide ta seguru de na.
LLORAN LAS CAMPANAS
- "Si las campanas que tan encordando por un muerto lloran, tan lamando a outru". Cuando muer un vecino'n cualquier pueblu la Cepeda, anúnciaseyes a to lus de la comarca "encordando" las campanas.
‑ ¿Encordar nu yía lu mismu que tocar a muertu?
‑ Pus claro. Tocan las campanas de manera que cada una de las dos párase arriba un poucu esperando a uyer el son de la sua compañera pa cayer con dos capanadas: "don‑don", y volvese p'arriba mentris que loutra toca: “dan-dan”.
‑ ¿Yía verdá que las campanas tamién lloran?
‑ Diz que sí, y que, cuando lloran, yía que llaman a outru muertu. Entós to'l mundu tien mieu, purq'antias de dos meses la campana tien qu'encordar pur outru vecinu.
‑ ¿Y... cúmu sabes cuándo lloran las campanas y cuándo nu lloran?
‑ Esu sábese sólu cun uyelas.
PALA Y AZADÓN
‑ ¿Sábese d'alguna manera quién yía'l que va murrer?
‑ Buenu... to'l mundu scomienza mirar a ve quién ta malu u quién ye muy vieyu...
‑ ¡Que naide sabe na!
‑ Buenu... tamién pa esu diz que saben si yía home o muyer el que vien dimpués p'al ciminteriu.
‑ ¿Cúmu yía?
‑ Pus diz que l-enterrador, cuandu cava la poza pa'l muertu pu'l qu'encuerdan las campanas, en cuantis que termina facela, pon l-azadón y la pala'ncima'l montón de tierra, de pía lus dos y márchase a la taberna a beber un cuartiellu vinu.
‑ Y ¿sábelu de verdá?
‑ Cuandu vien p'al ciminteriu outra ve, ya cayinun las ferramientas. Si l'azadón cayíu'ncima la pala, entós yía una muyer la que va morrer, pero si la pala cayíu'ncima l'azadón, entós va morrer un home.
EL GÜEYU ABIERTU
‑ Pus you tamién uyí qu'el muertu avisa quién va ser el que vaiga detrás d'él pal ciminteriu.
‑ ¿Cúmu yía esu?
‑ Pus sí. Diz que, cuandu amortayan al difuntu, ciérranye lus güeyus pa que paezca qu'está durmíu.
‑ ¡Claru! Esu fazse'n toas partes.
‑ Ya, peru cun las priesas nu ye lus cierran bien y vuelv'a abri-un güeyu muchas veces, y endipués, cuandu'l muertu ta fríu, nu hay Dios que ye lu cierre.
‑ Buenu... ¿Y esu qué tien que ver?
‑ Que diz que, si’l güeyu que ta'biertu yía el derechu, va murrer una muyer; si yía l'izquierdu, entós yía un home.
Madrid, Otoño de 2014